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El Arte de Vestir tus Colores Naturales y Potenciar tu Imagen
¿Alguna vez te has puesto una prenda y sentido que, a pesar de ser hermosa, algo no encaja? O, por el contrario, ¿has usado un color que instantáneamente iluminó tu rostro y te hizo sentir radiante? Esa sensación no es coincidencia; es el resultado de la interacción entre los colores de tu vestimenta y tus propios tonos naturales. Aquí es donde entra en juego la colorimetría, una herramienta fascinante que nos permite identificar qué paletas de colores armonizan mejor con nuestra piel, ojos y cabello, transformando por completo nuestra imagen y confianza.
El principal objetivo de la colorimetría es lograr que los colores que llevamos “trabajen para nosotros”, en lugar de competir.
Johana Álvarez
La colorimetría es el estudio de cómo los colores interactúan entre sí y, en el contexto de la imagen personal, cómo se relacionan con las características tonales de una persona. Se basa en la premisa de que cada individuo posee una temperatura de piel (cálida, fría o neutra) y un nivel de contraste natural que influyen en cómo se perciben los colores sobre ellos. Al entender estos matices, podemos seleccionar prendas, accesorios, maquillaje e incluso el color de cabello que realcen nuestra belleza intrínseca y nos hagan lucir más vitales y sofisticados.
Cuando elegimos los colores correctos, nuestra piel se ve más luminosa, las imperfecciones se disimulan, los ojos brillan con más intensidad y las líneas de expresión se suavizan. Por el contrario, al usar colores que no nos favorecen, podemos vernos pálidos, fatigados, con sombras marcadas o incluso con un aspecto apagado, restándole impacto a nuestro estilo personal.
La clasificación más popular en colorimetría divide a las personas en cuatro “estaciones” —Primavera, Verano, Otoño e Invierno—, basándose en la temperatura (cálida o fría) y la intensidad (suave o brillante) de sus características. Cada estación tiene su propia paleta de colores ideal. Por ejemplo, las Primaveras suelen tener un tono de piel cálido y un contraste suave, por lo que les favorecen colores luminosos y cálidos como el coral, el verde menta o el amarillo suave.
Las personas clasificadas como Verano suelen tener una temperatura de piel fría y un contraste suave, lo que significa que los tonos empolvados, suaves y fríos como el azul cielo, el malva o el rosa palo realzan su belleza. Para los Otoños, con su piel cálida y contraste medio a alto, los colores terrosos, profundos y cálidos como el verde oliva, el borgoña o el naranja óxido son sus grandes aliados. Finalmente, los Invierno, con una piel fría y alto contraste, brillan con colores vibrantes, puros y fríos como el blanco puro, el negro, el azul eléctrico o el fucsia intenso.
Más allá de las estaciones, también se considera el “estilo” o la personalidad de cada individuo. Si eres una persona con un estilo clásico, quizás te inclines por colores neutros y atemporales; si eres creativo, podrías experimentar con combinaciones más audaces; y si tu estilo es romántico, los tonos pastel y suaves podrían ser tu elección natural. La colorimetría no es una camisa de fuerza, sino una guía que se adapta a tu esencia.
Incorporar la colorimetría en tu día a día no significa desechar todo tu armario, sino aprender a hacer elecciones más inteligentes. Puedes empezar por identificar tu estación, o al menos si tus tonos son cálidos o fríos. Un truco sencillo es observar tus venas en la muñeca: si se ven azuladas/moradas, es probable que seas de tonos fríos; si se ven verdosas, eres de tonos cálidos. Esto te dará una primera pista para empezar a experimentar.
En Johana Fashion, entendemos que la moda es una forma de expresión personal. Conocer tu paleta de colores ideal es una herramienta poderosa que te empodera para elegir prendas que no solo te queden bien, sino que te hagan sentir y lucir increíblemente segura y auténtica. Te invitamos a descubrir el poder de tus colores y a construir un armario que verdaderamente refleje la mejor versión de ti.